El teclado iluminado, la pantalla de 17 pulgadas y el cómodo «trackpad» es lo primero que el usuario ve de este ordenador de Acer. Este portátil, orgullosamente no táctil, utiliza su indiscutible potencia a través de un Intel Core i7 a una frecuencia 2.5 Ghz, 16 GB de RAM DDR3 y una GeForce integrada modelo 860M GTX. Con esta premisa técnica se puede ver que los resultados de cualquier prueba son indiscutibles: Windows 8.1 va rápido, las aplicaciones se inician de manera muy fluida y los juegos no parecen dar problemas en su inicio.
Quizá la tarjeta pueda verse corta, más con otras soluciones Nvidia superiores, pero para un mercado como los dispositivos portátiles resulta excesivo quejarse. Aunque el ordenador es grande, amplio (unos 25 cms), es sorprendentemente fino, superando apenas los 2 cms. Sorprende esto además contando con un combo DVD y Blu-ray, ahora que los lectores ópticos están en un fuerte retroceso por el progresivo viraje a los modelos digitales de descarga de vídeo. En ese sentido, su salida HDMI completa y su gran sistema sonoro, certificado Dolby Digital, pueden hacer las veces de reproductor de vídeo avanzado. Para ello, cuenta con un disco duro de 1 terabyte sólido: espacio más que suficiente para convertirlo en un sistema de vídeo. Eso pretende con la pegatina 4K (1.920 x 1.080 píxeles) que exhibe en la pantalla. Y no miente: los vídeos que se han probado en esta resolución son extremadamente fluidos y no muestran artefacto alguno. Respecto a la potencia gráfica, la tarjeta 860M GTX de Nvidia mantiene unos sólidos 30 fotogramas por segundo en la prueba de comportamiento 3dmark, algo destacable para tratarse de un portátil, a excepción de la prueba «Fire Strike».
Esta última es más exigente con sus efectos de partículas y su resultado es sorprendente: su fluidez se resiente de manera muy marcada. Por lo demás, en cuestiones añadidas el portátil presenta cuatro puertos USB (dos 2.0 y otros dos 3.0), conexiones avanzadas de audio, un lector de tarjetas SD y el correspondiente WiFi y Bluetooth.
El lado oscuro y quizá principal queja a este equipo es que la batería apenas dura cuatro horas, algo comprensible dado el procesador –muy lejano a los dispositivos móviles- y la tarjeta gráfica. El software incluido presenta aplicaciones de Acer de soporte, almacenamiento (incluyendo Dropbox) y los drivers. Ofrece reproductores Cyberlink para los archivos multimedia, el antivirus McAfee y una versión de prueba de Office, lo que puede parecer limitado a los usuarios que necesiten el ordenador para trabajar. Como curiosidad, el ordenador tiene de serie en el modelo analizado una aplicación de Wildtangent Games que permite jugar a versiones demo de muchos títulos conocidos como Plants vs. Zombies o Bejeweled. Quizá el usuario hubiera preferido algún título más potente, pero es toda una demostración de la pretensión de llegar a los «gamer» por parte de Acer.
En definitiva, un equipo potente, mucho más portátil de lo que parece y que tiene el mérito de integrar tecnología punta en una carcasa notablemente fina. Esa es su superioridad respecto a sus competidores de gama alta como Toshiba o HP: potencia portátil de verdad.
Características
técnicas Pantalla: 17.3 pulgadas Resolución: 1.920 x 1.080 Procesador: Intel Core TM i7-4710HQ Gráficos: NVIDIA GeForce GTX 860M Memoria: 16 GB DDR3 Capacidad: 1 TB ampliable a 256 GB Sistema operativo: Window 8.1 de arquitecutra 64-bits
